Hola,
¡Qué bueno que hayas llegado a este lugar donde encontrarás algunos otros consejos de González Pecotche!
Si querés ampliarlos aún más, seguí el link que tiene cada uno.
Tiempo y Trabajo. Pág. 14 del libro.
“Quiero destacar que, si el descanso es reparador de las energías gastadas en la actividad, el trabajo es, a su vez, reparador de los debilitamientos ocasionados por la inercia mental. Conviene, pues, desde todo punto de vista, que la mente siempre esté ocupada en algo útil.“
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 70/4)
“El amor al trabajo conduce, invariablemente, a una vida próspera y llena de posibilidades. El que nada hace no puede experimentar los momentos felices que son deparados al hombre, de empresa e iniciativa, pero el que está en constante actividad, el que siempre hace algo, encuentra, aun en las pequeñas cosas, las más tiernas satisfacciones.”
(De la Revista Logosofía, 80 – 6 – 3)
“Unos dirán: «Pero si yo trabajo; si no paro un minuto en mis actividades». Es posible que así sea. Empero, suele acontecer que se dan muchas vueltas para hacer tal o cual cosa, y lo esencial y razonable es llevar a cabo muchas cosas útiles en poco tiempo y no pocas y sin mayor valor, en mucho tiempo.”
(De la Revista Logosofía, 8 – 4 – 5)
Espiritualidad no religiosa. Pág. 16 del libro.
“Para la Logosofía, Dios es el Supremo Creador de la Ciencia Universal, porque todos los procesos de la Creación se cumplen siguiendo los dictados de su Sabiduría. La ciencia del hombre es sólo un débil reflejo de aquélla, fuente permanente de todas sus inspiraciones. Ésta es la causa por la cual la Logosofía menciona con frecuencia el nombre de Dios. Un Dios despojado de artificios, que muestra al súbdito terrestre la plenitud de su esplendor natural en su Magna Ciencia y en su Verdad Absoluta.”
(Del libro Curso de iniciación logosófica, 9 – 13)
“Pero la moral —insistimos— se edifica con el buen ejemplo, no con palabras. Se nutre y se afirma en una actitud que surge de lo interno como imperativo de la conciencia. Esa actitud es el respeto; el respeto que cada cual debe tener de sí para no dañar su concepto con pensamientos, palabras o actos que lo denigren; el respeto al semejante, que otorga de los demás la misma consideración; el respeto a Dios, apartando de la mente todo pensamiento o idea que no favorezca el acercamiento a Él por el camino del saber y la perfección; finalmente, el que se debe a todo lo que, por sentimiento natural, inspira respeto.”
(Del libro Curso de iniciación logosófica, 9 – 142)
“Por eso, al dirigir a Dios nuestros pensamientos e invocar su protección, consciente o inconscientemente nos estamos dirigiendo a su parte humana, sensible a nuestra naturaleza. En tales circunstancias, no estará de más, empero, que nuestra parte divina, a la cual sin duda habrá El de dirigir su luminosa confortación, se halle debidamente capacitada para establecer ese contacto espiritual, tan sublime como benéfico.”
(Del libro Diálogos, 37-4)
“Dios, único ser en la Creación que no tiene par, desciende hasta el hombre en virtud de Sus Leyes y de Su Pensamiento expresado en cada una de las cosas creadas. Con la prerrogativa de llegar a ser en espíritu semejante a Él, le concedió la de conocer sus leyes para regir por ellas su vida como ser humano e inmortalizar su existencia como ser espiritual.”
(Del libro El espíritu, 119 – 2)
Cambio de conceptos=cambio de vida. Pág. 17 del libro.
“Los conceptos formaron siempre las verdaderas reservas morales de la humanidad. Sustentados en ellos, los hombres pueden vivir en paz e inspirarse mutua confianza; todo lo contrario cuando los conceptos son alterados: sobreviene la confusión y el caos, ya sea en el ambiente mental del mundo, ya en el de los pueblos en los que acontecen tales alteraciones.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 209 – 3)
“El conocimiento logosófico se aprecia y disfruta asimilándolo internamente y viviéndolo con intensidad en toda circunstancia oportuna. La vida se transforma, ciertamente, con sólo cambiar los pensamientos que la sustentan moral, psicológica y espiritualmente. Si alguno cree innecesario cambiar la vida que lleva y está conforme soportándola, que haga lo que plazca a su entendimiento y sensibilidad; pero debemos hacerle presente, eso sí, que pierde una invalorable ocasión: la de tomar contacto con una nueva realidad que corresponde a otro modo de vivir y apreciar la vida, de dimensiones muy superiores a lo conocido.”
(Del libro Curso de iniciación logosófica, 9 – 64)
La profesión de ser mejor. Pág. 18 del libro.
“Cuando se inicia la heroica empresa del propio perfeccionamiento, es necesario acostumbrarse a caminar con firmeza, sin vacilaciones ni desaciertos, buscando siempre la seguridad en el propio conocimiento, y, cuando aquélla no exista, éste debe ser cultivado para que se alcancen a obtener esos frutos que hacen luego la felicidad interna.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 261 – 36)
Amistad. Pág. 23 del libro.
“La amistad —símbolo de hermanación leal de los espíritus—, que en el hogar se nutre en el amor o en el afecto, cuántas veces sufre el descuido de quienes luego buscan, sin hallarla nunca, la causa de sus desavenencias y hasta de sus alejamientos. Es que la atención debe ser cultivada sin afectación, haciendo que ese rasgo gentil, que tanto atrae y obliga, se produzca naturalmente.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 196 – 4)
“La amistad, ya lo he dicho, y es común al entendimiento de todos, nace de la simpatía mutua, pero, muy especialmente, de la similitud de ciertos pensamientos que mueven e inclinan a unos y a otros hacia más o menos iguales preferencias. Cuando la amistad se hace concepto entre las partes de un conjunto, ese concepto, vuelvo a repetir, las rige todas. No puede ninguna de ellas entrar a hacer de esa amistad un uso particular, diferente del que haga el conjunto o la parte con la cual ha trabado amistad, por cuanto estaría abusando de la generosidad del concepto, al cual debe rendir el culto de su lealtad.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 214 – 2)
“He visto cómo padece y se resiente la amistad cuando quien ha hecho de ella un culto y la prodiga sin traicionarla jamás en sus naturales impulsos de expresión no es correspondido con la franqueza, la lealtad, la claridad y la sencillez que cuadra al concepto. Inevitablemente, en estos casos sobreviene la duda; el ser sufre y se esfuerza por conservar dentro de sí la pureza de esa amistad, mas, al final, la no correspondencia reiterada provoca la reacción, y es allí donde la amistad se rompe y surge la enemistad. He pensado repetidas veces en esto y observado que, si los seres humanos prestasen más atención a los deberes que contraen unos con otros, evitarían para sí muchos sufrimientos, muchos tropiezos, y conservarían muchos amigos.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 214 – 5)
“La amistad entre los hombres logra realizar lo que ninguna otra cosa, por grande que sea. No sería aventurado afirmar que ella es uno de los pocos valores de esencia superior que aún quedan en el hombre, que lo elevan dignifican haciéndole generoso y humanitario.”
(De la Revista logosofía 2-26-2)
“Por lo general, cada uno espera, sino todo, por lo menos el noventa por ciento de los demás, pareciéndole aún mucho ese diez por ciento que pone de su parte. Esta posición tan equivocada hace perder muchos afectos, muchas amistades y relaciones, a las que algunas veces se seguirá vinculado, pero sólo en apariencia. Así, pues, conviene más que el hombre ponga de su parte el cien por ciento en lo que a él atañe, confiándolo todo, de ser factible, a sus propias posibilidades.“
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 193 – 3)
“Sobreviene, pues, lo que inevitablemente acontece cuando se menosprecian las cosas que el uso desgasta. Los que gustaron un día de los placeres de una dulce amistad se deslizan por la pendiente de la indiferencia y comienzan mutuamente por desobligarse de las atenciones que antes se prodigaban, sin que por ello cada uno deje de pretender para sí mismo el mantenimiento permanente de esas atenciones que, como obligación, piensa que le deben.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 196 – 3)
“Cuando a los hombres no los une la amistad, es porque algo impide su acercamiento y los separa; y, cuando la amistad no existe, tampoco existe el aprecio ni pueden inspirarse confianza entre ellos.“
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 214 – 3)
“No habiendo amistad, la reserva recíproca es un hecho lógico; pero cuando ella une a los hombres en disposición de generosa tolerancia, auxilio y colaboración mutua, toda reserva, todo aislamiento, conduce al debilitamiento de esa amistad y el concepto sufre por el mal uso que de él se hace.”
(Del libro Introducción al conocimiento logosófico, 214 – 4)
Iniciativa y emprendimiento. Pág. 27 del libro.
“Diremos, por último, que es común deficiencia del temperamento humano la carencia de iniciativa propia. La inercia mental, consecuencia de la inactividad de la función de pensar, mantiene adormecida la capacidad creadora de la inteligencia. Correlativamente, y por natural gravitación, aparece la falta de estímulos. Aquí es donde se observa el precario estado psicológico de muchos que, sin saber definir qué les sucede ni a qué atribuir el estancamiento en que viven, pasan sus días y amontonan sus años en vejez infecunda. Faltos de condiciones para abrir sus entendimientos al examen de las experiencias y situaciones, sin el incentivo de las ideas, nada que no sea los antojos de la suerte podrá favorecer el movimiento afortunado de sus pensamientos.”
(Del libro Mecanismo de la vida consciente, 52 – 1)
Para ser valiente. Pág. 33 del libro.
“Para terminar, digamos que todo espíritu valiente debe luchar contra la inercia, tendencia negativa que detiene el curso de la vida, y a la que hay que vencer recurriendo a extremados esfuerzos y apurando los pasos a fin de recuperar el tiempo perdido, pero sin olvidar que éste hace tropezar a veces con dificultades, con frecuencia insalvables.”
(De la Revista logosofía, 52 – 25 – 3)
La vida. Pág. 35 del libro.
“La vida humana es, pues, como un edificio en construcción: de cada uno depende el que se sepa o no cómo habrá de continuárselo y qué aspecto ofrecerá una vez terminado. De nadie más que de uno depende, también, el aprender a disfrutar de la mayor comodidad y felicidad dentro del mismo.”
(Del libro Diálogos, 159-1)
La felicidad. Pág. 37 del libro.
“Es sabido que lo que se comienza hoy y se abandona mañana conduce a estados psicológicos de permanente insatisfacción. Esta deficiencia no permite disfrutar de situaciones estables, resultado de proyectos llevados a término. No permite gustar la felicidad de un propósito perdurable, de una idea constructiva en vías de desarrollo, y aun expone a perder lo que se tiene.”
(Del libro Deficiencias y propensiones del ser humano, 143 – 1)
“La enseñanza logosófica establece que todo cuanto el hombre piensa y hace debe necesariamente estar influido por esa fuerza interna que se llama afecto, y enseña que todo estudio debe ser llevado a cabo con sentimiento altruista, a fin de que el esfuerzo individual contribuya a la elevación y felicidad del género humano.”
(Del libro Logosofía, ciencia y método, 140 – 2)
“La mayoría de los seres humanos cree que la felicidad tiene una forma limitada y que se logra o conquista por algún medio sobrenatural que es necesario descubrir; mientras ello no ocurra, su búsqueda habrá de ser una constante obsesión. Sin embargo, la felicidad es algo que la vida va otorgando a través de infinidad de pequeños instantes. Mas, como por lo común, poco se lo tiene en cuenta por lo breves o pequeños, casi pasan desapercibidos a la propia conciencia. Si se unieran, empero, unos con otros, reviviendo los hechos para apreciarlos mejor, se vería cuánta es la ingratitud al olvidar con tan reiterada frecuencia esas partes de felicidad que tantas veces fueron experimentadas, sin que jamás se pensase en lo que podían representar para la vida.”
(De la Revista logosofía, 65-15-2)
La familia y el amor. Pág. 39 del libro.
“En cuanto al amor a sus padres, hermanos y semejantes, no es ello tanto materia de enseñanza como de ejemplo. En esto, como en el error que hemos señalado antes, es donde falla la mayoría. Pocos son en verdad los que con el ejemplo inspiran ese amor entrañable que cada hijo debe sentir por sus padres. Pocos son en verdad los hermanos mayores que enseñan con su ejemplo a los menores el culto del afecto o del respeto recíproco. ¿Y qué diremos de semejante a semejante cuando se carece de elementos básicos a la estructuración moral capaz de mantener una convivencia feliz?”
(Del libro El espíritu, 93 – 1)
“Definiremos mejor el afecto si decimos que es la parte del amor hecho conciencia; es obvio, pues, que su estabilidad no peligra como aquél, sujeto siempre a variaciones y mudanzas.”
(Del libro Logosofía, ciencia y método, 139 – 3)
“-Sí; comprendo, sin lugar a dudas, que nada debe ser hecho a destiempo, y, mucho menos, sin meditar las consecuencias. También comprendo ahora, a través del brillante reflejo de tus palabras, la diferencia que existe entre el amor común y el amor verdadero. El primero es fogoso, impulsivo, lleno de violencia. Tan pronto como despierta, giran los instintos; surge el deseo de posesión, atormentando al corazón y haciéndole padecer el sufrimiento de una constante amargura. Los celos, el egoísmo y la solicitud perturban constantemente la acción mental, y, poco a poco, la voluntad se invierte; se rompe el equilibrio polar y una nueva adversaria surge en el escenario interno: la ansiedad, que priva del sueño. Sobreviene el casamiento, y, al restablecerse el equilibrio por la prodigalidad con que son tratados los elementos inferiores, desaparecen las ternuras del sentimiento. En cambio, el otro amor, el verdadero… ¡Ah, si!… Ahora comprendo mejor. Es aquel que no ofusca la mente. Es aquel que, sin defraudarnos nunca, nos ofrece la posibilidad de alcanzar la felicidad.”
(Del libro Intermedio logosófico, 98 – 3 )
“Dos cosas son indispensables para que perdure ese amor fresco y puro que se siente por la amada, sin que se debilite jamás. La primera es el afecto, que, menos impulsivo que la pasión, asegura su arraigo, ya que si bien la pasión infunde vida al amor, el afecto es llamado a preservarlo y conservarlo. La otra, la segunda, tan indispensable como la primera, es nuestra dignificación a los ojos del ser querido. Esta únicamente se logra por medio de los esfuerzos y las preocupaciones por el bienestar de la familia, y alcanza su máxima expresión cuando nos elevamos en superación constante por encima de la vulgaridad. En tales condiciones se disfrutan, fuera de toda duda, prerrogativas mucho mayores que las comunes, traducidas en un aumento considerable de la capacidad mental, que habilitará a la vez para enriquecer progresivamente la vida y colmarla de felicidad. Esto es algo que puede y debe hacerse, cualesquiera sean nuestra edad y estado, ya que a mayor preparación y conocimiento corresponderá mayor bienestar y más en las manos tendremos también los hilos de nuestro destino.”
(Del libro El señor de Sándara, 214)

La Editorial Logosófica, perteneciente a la Fundación Logosófica de Argentina, fue fundada con la misión de editar, publicar y distribuir los libros que enseñan y divulgan la Logosofía, ciencia creada en 1930 por Carlos Bernardo González Pecotche.
Contacto
Email: editorial@fundacionlogosofica.org.ar